Uno dice “Alejandro Sanz” y pocas son las personas que, a pesar de que parece un nombre bastante común, no lo reconozcan como uno de los grandes artistas españoles de los últimos tiempos. En mayo publica “Sirope”, su último trabajo, cuyo single, “Un zombie a la intemperie”, demuestra la verdad que Alejandro hace lo que le viene en gana y siempre con éxito. Así que repasemos una vida plagada de números uno.
Bueno, en realidad esta canción que escuchan no existe. De existir, se llamaría “Los chulos son pa’ cuidarlos”, pertenecería a un disco del mismo nombre publicado en 1989 y estaría firmada por un tal Alejandro Magno, que en realidad se apellidaría Sanz y que vestiría una torera con una gorra roja. Pero ya digo, o no existió, o mejor olvidarlo.
Ahora sí, empezamos la discografía oficial de Alejandro Sanz en 1991 con este “Pisando Fuerte” del disco “Viviendo Deprisa”. Entró directamente al número uno gracias a esa imagen de jovencito bien parecido, rebelde y con talento. Desde entonces su nombre y su música han ido ligados a lo más alto del éxito musical. Así fue también con su segundo trabajo con “Si tú me miras”, o con el siguiente, “3”, gracias al single “La fuerza del corazón”.
Las letras de Alejandro eran cada vez mejores y la música se notaba mucho más cuidada, con un interesante toque italiano. Hasta que llegó 1997 y aquello se multiplicó con el disco “Más”, que propició el salto internacional de Alejandro con joyas como “¿Y si fuera ella?” o el himno “Corazón Partío”.
Tras cinco millones de copias vendidas en todo el mundo y después de convertirse en el disco más vendido en la historia de España con 22 discos de platino, Alejandro tenía que intentar igualar aquella cifra. Complicado, ¿verdad? Pues se quedó corto. El pobre “sólo” llegó a los 13 discos de platino con “El alma al aire”, del año 2000, el tercer disco más vendido de nuestro país.
Tras la tromba de éxito, con concierto en el mítico MTV Unplugged incluido, Alejandro decidió reinventarse en cierta manera. Por eso quiso beber Latinoamérica, de Estados Unidos, de esa confluencia entre ambas llamada Miami, y supo seguir explotando su talento en 2003 con “No es lo mismo” y el pequeño giro que supuso en su música.
El cartel de uno de los mayores artistas españoles de la historia ya estaba colgado en la puerta de Alejandro Sanz. Por ventas y trayectoria, parece lógico. No faltaba sino que viniera Shakira en pleno éxito para hacer el dúo “Tortura”, aunque no esté en la discografía del español.
Desde entonces Alejandro ha seguido cosechando éxitos, pero menores. De sus discos solía destacar una única canción muy por encima de las demás, como ocurría en “Paraíso Express” de 2009, con otro dúo de lujo, en este caso con Alicia Keys en el tema “Looking for Paradise”.
Lo cierto es que después de esto parece que le quedan pocos territorios por conquistar. Abanderado de causas ecológicas, defensor de la propiedad intelectual y del valor de la música y, sobre todo, cantante, músico y compositor, Sanz ha seguido regalándonos grandes canciones. Nos vamos con su penúltimo trabajo, muy maduro pero a veces algo forzado, “La música no se toca”, de 2012.
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