50 kilos de chorizo y 1.000 huevos reparten Las Rosquilleras de Fuenlabrada después de los encierros
María Luisa Pérez es una de las integrantes más veteranas de la peña. Propietaria del solar donde se prepara este sabroso desayuno, recuerda que la tradición comenzó con un grupo de amigas que se juntaban a comer un bocadillo tras los encierros, pero luego la idea se amplió hasta llegar a dar desayunos para 1.000 personas cada día.
Antes de los encierros las rosquilleras preparan las mesas, los fuegos, llevan los huevos, el chorizo y un voluntario les ayuda a preparar la sangría, lo único que parece ser cosa de hombres, en esta peña, tomada por unas mujeres alegres, bien dispuestas siempre y que derrochan simpatía. Una larga fila de personas, de todas las edades, esperan para recibir su plato con la contundente pitanza una vez terminado el encierro.
Natividad García, presidenta de Las Rosquilleras, reconoce que una idea de unas cuantas amigas se ha convertido en una tradición, porque dice “los encierros sin el huevo después, no serían lo mismo”. Algunas de las que están a pie de sartén recuerdan las cifras de estos días.
Y es que esta cita gastronómica, sufragada por el Consistorio, es una convocatoria realmente popular.
Tres días de encierros y tres días para comer huevo y chorizo bien frito que ponen el sabor a estas fiestas.
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