3.000 huevos y 150 kilos de chorizo para reponer fuerzas después de los encierros de Fuenlabrada
Cuando el último toro del encierro entra en la plaza comienza la actividad de Las Rosquilleras, una asociación cultural fuenlabreña que busca guardar las esencias de la ciudad y en este caso ayudar a reponer fuerzas a todos los que desde primera hora presencian los encierros.
Su propuesta es sencilla pero suculenta. Nada tan popular y bien acogido como un plato de huevos fritos con chorizo. Y si lo acompañamos de sangría, mejor. María Pérez, es una de las principales encargadas de que todo salga bien. Los fuegos listos para calentar grandes sartenes, con aceite bien caliente, donde se fríen los huevos “con puntilla” o unos ricos chorizos que, acompañados de un trozo de pan y un buen vaso de limonada, hace las delicias del personal.
Son 150 kilos de chorizo y 3.000 huevos, que junto con el pan y el aceite, sufraga el Ayuntamiento. Ellas ponen el trabajo, el buen humor y las ganas.
Esta Asociación lleva funcionando más de quince años, aunque según nos cuenta su presidenta, Natividad García, es desde hace diez que surgió hacer huevos y chorizo para todo el pueblo después de los encierros.
Sus huevos fritos ya son famosos en toda la ciudad y por eso las colas para comerlos duran casi hasta las dos de la tarde. Es una de las propuestas gastronómicas de las fiestas, junto con la multitudinaria comida de migas y morcón, de la Asociación El Morcón, las migas de la Casa de Extremadura o el pisto de la Casa Regional de Castilla La Mancha.
Pero, de lunes a miércoles “Las Rosquilleras” son las protagonistas absolutas en la gastronomía de estos días, porque ellas dan otro sabor a estas fiestas.
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